Carla Masip Gimeno y Jorge Lizandra *Facultad de Magisterio. Universitat de València. El deporte y la vida sana son las bases para tener un buen futuro, ¿verdad que sí? Los niños y niñas que empiezan.
De esta manera, se puede aprovechar los 30 minutos diarios de recreo, que suman 2h30min a la semana para fomentar la AF entre jóvenes y producir beneficios en su salud. Atendiendo al comportamiento en relación con la AF que desarrollan los jóvenes de un centro de secundaria, los objetivos de este trabajo serían, en primer lugar, averiguar cómo afecta la organización de los patios activos en los jóvenes del centro y, en segundo lugar, valorar la existencia de cambios en la conducta (in)activa y sedentaria durante el tiempo de recreo.
MÉTODO, a nivel metodológico, el trabajo se enmarcaría en un diseño de investigación educativa abordada desde el paradigma interpretativo, en la que se desarrolla una observación y descripción del proceso que se aproxime a estudio de carácter etnográfico. Participan en el estudio 156 estudiantes de un instituto de secundaria de la provincia de Castellón, de los cuales 140 intervienen en los torneos y, los restantes, 16, son el alumnado de 2º de bachillerato que organiza dichos patios activos. Este proyecto se ejecuta en la hora del recreo aprovechándolo como un escenario entretenimiento a través de la AF sin obligatoriedad. Los patios activos surgen por la preocupación del profesorado de EF ante la escasa AF que realiza el alumnado del IES durante el recreo, espacio adecuado para promocionarlo y consolidar estilos de vida activos. Los jóvenes suelen pasar el recreo charlando con su grupo de iguales o jugando con el teléfono móvil. De este modo, el profesor de EF de 2º de bachillerato añadió en la evaluación del 2º trimestre, la transformación activa del recreo. El alumnado que cursaba esta asignatura optativa debía organizar torneos durante la hora del recreo para fomentar la práctica deportiva entre los jóvenes del centro. Aprovechando la propuesta del docente, se inició un proceso de investigación-acción (I-A) por parte de la autora principal. La I-A es una metodología capaz de enriquecer la práctica educativa a través del compromiso de la comunidad educativa, en un contexto determinado y a favor de los intereses de los participantes (Navarro-Pérez et al., 2014). Se trata de una manera de entender la investigación y la enseñanza, no sólo desde la observación y descripción del fenómeno, sino desde un proceso continuo de indagación y exploración participativa en el que, según Rasco y Félix (1990), los problemas guían la acción. Básicamente, se observa y se reflexiona sobre la práctica con la intención de introducir mejoras que optimicen, los procesos de enseñanza aprendizaje.
Con el fin de lograr mayor participación en los recreos, el alumnado encargado de dinamizarlos asistió a los espacios de tutoría para preguntar los gustos y preferencia. Concretamente se realizó una votación sobre aquellos deportes, juegos o modalidades deportivas que querían practicar. El alumnado analiza los gustos y preferencias de los futuros participantes y llegan al acuerdo de preparar torneos de fútbol sala y baloncesto, los lunes y martes y el resto de los días de la semana, partidas de raspall (modalidad de pelota valenciana), colpbol y balón prisionero (adaptación del dodgeball). Destacar que los torneos no tuvieron ninguna limitación de edad ni de equipos, excepto el raspall, que solo podía participar el alumnado de 2º de ESO, ya que como es necesario el uso de un guante de protección, se aprovecha que ya lo han elaborado para la clase de EF, en la que se imparte como contenido una unidad didáctica de pelota valenciana. Las 4 semanas siguientes, los discentes de 2º de bachillerato organizaron los torneos con el apoyo externo del profesor de EF y la investigadora principal, con el fin de ir analizando el progreso y resolver las posibles dificultades, de manera que mejorara la intervención. Del mismo modo, se entrevistó de forma individual y grupal al alumnado participante, con el objetivo de conocer las opiniones y deseos al respecto. De manera paralela, la investigadora, en su rol de investigadora en acción, tomaba notas acerca de los efectos que tenía la intervención en la transformación de las dinámicos del recreo, hacia una vertiente más activa. También se comen-taba las actividades con los estudiantes de bachillerato al final de cada sesión, pesando las preguntas que realizaría en la última semana de intervención. Los principales instrumentos para la investigación fueron el cuaderno de campo en el que se iban anotando observaciones tales como frecuencia de AF antes, durante y después de la intervención y la diferenciación por géneros. También se utilizó la grabadora para registrar las entrevistas personales y grupales, así como el diseño de cuestionarios de respuestas abiertas, en las que se recogían de manera sintética las valoraciones e impresiones de los participantes. Por tanto, para el análisis de los datos se realizó una triangulación de la información contenida en el diario de campo, la registrada en las entrevistas y la que se aportó en las respuestas a los cuestionarios.
La participación estaba abierta a todo el alumnado del instituto, pero destaca principalmente la participaron los más jóvenes (primer ciclo de ESO), cabe indicar que el torneo con más participantes fue el de raspall con 50, seguido del balón prisionero con 25, el colpbol con 23, el baloncesto con 22 y para finalizar, el fútbol con 20 jugadores. No obstante, resulta relevante la diferencia de participación en función del género.
Con respecto a los sentimientos que tiene el alumnado tras participar en los patios activos, se han podido observar dos emociones claramente diferenciadas. Por un lado, se observa como la mayor parte del alumnado alude a lo bien que se lo han pasado durante el torneo: “Me ha parecido divertido poder jugar con mis amigos en el patio y me lo he pasado muy bien” (Marcelo). Asimismo, recomiendan a los alumnos no participantes que participen y disfruten de la experiencia: “… la gente que no juega en la hora del patio, si viene aquí puede divertirse” (Lucas). Sin embargo, encontramos también sentimientos negativos respecto a las actividades: “…no quiero volver a jugar contra el otro equipo porque es un tramposo. No paran de hacer faltas y empujar y el árbitro no pita nada” (Ayub). No sorprende que la mayor parte de estos comentarios negativos provienen del fútbol ya que, como señala un alumno: “El fútbol es un deporte que genera muchas discusiones y por eso no me acaba de gustar” (Michel). Del mismo modo, aparecen otras anotaciones negativas en otros torneos como: “…me da un poco de vergüenza…” (Judith), “…no me gustaba cuando estaba en el banquillo” (Pau), “Los equipos están bastante descompensados” (Sergio). En segundo lugar, aparecen comentarios en los que la mayoría de los jóvenes consideran que participar en los patios activos tiene beneficios para la salud: “El deporte es bueno para la salud y todo lo que hacemos de correr y menearnos en el torneo es bueno. Así ya no estamos sentados en el patio mirando el móvil” (Paula). Del mismo modo, añaden que: “Con esto hacemos más deporte como si fuera otra clase de Educación Física” (Lucas) y, otros piensan que es una oportunidad de hacer AF sino están acostumbrados: “En mi caso, como soy nadador, ya entreno por la tarde pero otra gente que no hace nada el resto del día, le ayuda en su salud” (Pau). A pesar de esto, hay casos que comentan que no produce beneficios, e incluso les puede lesionar:“…con las patadas que daban nos pueden hacer daño” (Ayub). En tercer lugar, surgen comentarios sobre el porqué estaban motivados en participar: “Normalmente en el patio solo se juega al fútbol y siempre están jugado los chicos, pero al organizar un torneo de básquet, nos ha dado la oportunidad de jugar todos y con equipos mixtos” (Mar). En este sentido, otra alumna tenía ganas de participar ya que“…viene gente de otras clases a animarnos, hay mucho público”, “Cada vez que tiraba fuerte chillaban y aplaudían” (Carlota). Percepción de los organizadores.
Por lo que respecta a la opinión que tienen los organizadores de esta dinámica consideran que es “…una buena iniciativa para pasarlo bien, socializar, conocer gente nueva, relacionarte con personas de diferentes clases y cursos y, sobre todo, hacer deporte” (Grupo balón prisionero). Además, añaden que “… es una buena idea para que los alumnos realicen actividad física dentro del ámbito escolar ya que hay muchos niños que no hacen deporte extraescolar” (Grupo fútbol sala). Otro aspecto importante que tratar es la problemática surgida durante las 4 semanas de intervención. Concretamente, señalan que “…los problemas han estado en la comunicación y la participación. Por nuestra parte, deberíamos intentar mejorar la comunicación para contactar con ellos. En su caso, deberían comprometerse en mayor medida. Pues, la última semana de la intervención, aparecían menos personas y no se pudieron disputar todos los partidos previstos” (Grupo balón prisionero). Del mismo modo, otro grupo señala que “… el principal problema es el curso en el que nos encontramos y la falta de tiempo” (Grupo raspall).Para concluir, consideran que los patios activos tienen importantes beneficios en el bienestar del alumnado participante. Por un lado, piensan que “La finalidad de esta actividad, además de hacer deporte, es tener la oportunidad de desconectar de los estudios” (Grupo raspall). Por otra parte, otro grupo destaca no sólo los beneficios físicos, sino también psicológicos, lo que acontecería a que “… los alumnos estarían más atentos a las clases y, más contentos” (Grupo baloncesto).Asimismo, defienden que estas actividades promueven los valores del deporte ya que “… los alumnos aprenden a jugar en equipo y, en consecuencia, valores de compañerismo” (Grupo fútbol).
Durante las entrevistas, se han recogido propuestas de mejora como la organización de estos torneos durante todo el curso: “…ojalá fuera durante todo el curso así podríamos jugar todo el año” (Pau) aunque otro alumno especifica unas fechas concretas: “Bueno, en época de exámenes no y en verano creo que tampoco porque hace mucho calor y sudamos mucho” (Judith). Otros alumnos proponen un planteamiento diferente: “Yo prefiero que se haga durante todo el curso, que vayamos haciendo torneos y si es posible pues ir cambiando de los juegos, hacer cada trimestre unos juegos diferentes y a final de curso hacer un torneo de los mejores juegos” (Marcelo). Incluso algún joven aconseja añadir, o eliminar, algún torneo: “Sería mejor quitar el fútbol ya que genera muchas discusiones y añadir el vóleibol o pillapilla” (Michel), “…quiero que haya un
De manera paralela, algún futbolero que opina: “…se tendría que hacer mejor, con un árbitro de verdad porque este iba a favor del otro equipo” (Ayub), “Sería mejor que vosotros organizarais los equipos” (Sergio). La ampliación temporal es un tema que los participantes han solicitado en sus entrevistas y, parte de los organizadores lo apoyan señalando que “… un día a la semana se podría fomentar el deporte con esta actividad. De este modo, se podrían hacer diferentes juegos y actividades deportivas y, además, abrirse a todos los cursos. Sería una forma divertida y diferente de disfrutar de nuestro momento de descanso” (Grupo baloncesto). Sin embargo, todos no están de acuerdo ya que “el problema es a la hora de coordinarlo, ya que somos nosotros, alumnos de 2º de bachillerato, los que tenemos que organizarlo y es un gran peso porque siempre tenemos que hacer cosas o estudiar” (Grupo colpbol).
Si analizamos la frecuencia de AF, no es homogénea durante las 7 semanas que se desarrolla la experiencia. Se observa como varía notablemente cuando se produce la intervención de manera positiva. Del mismo modo, una vez finalizan los patios activos, se manifiesta un incremento evidente de AF durante el recreo. Hay que remarcar que los martes ya se organizaban jornadas de ajedrez en el recreo, lo que ha producido alguna alteración en la investigación. Igualmente, se distingue un mayor número de participación miércoles, jueves y viernes, ya que esos días se ejecutaban los torneos de raspall, colpbol y balón prisionero, lo que congregaba más gente que los lunes o martes, que sólo se practicaba baloncesto y fútbol. No obstante, cabe advertir que la última semana hubo una disminución significante de participantes como consecuencia de los exámenes, lesiones o falta de motivación. A pesar de esto, la práctica es reducida ya que la cifra de participación más elevada es de 64 jóvenes de más de 500 que se encuentran en el recreo.
Por lo que respecta a la diferencia de género en la práctica, desgraciadamente, se percibe una desigualdad evidente. Los chicos son el género que predomina en esta práctica deportiva durante el tiempo de descanso, incluso, hay días donde ninguna chica participa de manera activa. Evidentemente, los patios activos han producido un aumento en la participación femenina pero no es suficiente ya que la diferencia es notable entre ambos géneros. Además, hay deportes como el fútbol, donde no participa ninguna chica o el colpbol, que solo son 2 de los 23 inscritos. Del mismo modo, nos damos cuenta como el raspall es la actividad donde más chicas juegan, 23 de 50, debido a que era un requisito indispensable hacer un equipo de 5 integrantes con un mínimo de 2 chicas. En segundo lugar, el balón prisionero dispone de un número elevado de féminas, 10 de 25, en comparación con las otras actividades. Remarcar que el martes la participación femenina está desvirtuada por la organización del torneo de ajedrez, donde muchas se animan a jugar. Del mismo modo, se produce una transformación del hábito de práctica de AF en los recreos como consecuencia de la intervención. Se percibe una repercusión positiva de los patios activos en el alumnado ya que la última semana, sin que se organicen torneos, la práctica de AF en el recreo aumenta en comparación a las primeras semanas de observación. Además, se animan más chicas, aunque se debería mejorar en este aspecto. La diferencia entre ambos géneros es notable antes, durante y después de la intervención, por lo tanto, se debería rectificar la propuesta de cara a futuras intervenciones en el IES para reducir esta desproporción. También es recomendable tener en cuenta las opiniones y sugerencias del alumnado participante para pulir el planteamiento.
Apoyando esta declaración, se anota en el estudio que la mayor parte de los participantes comprenden el primer y segundo curso de la ESO. En efecto, se percibe que mayoritariamente se fomentan los patios activos en primaria (56,3%) o infantil (25%) con torneos, nuevos espacios y materiales, decoración del recreo, juegos cooperativos y fabricación de materiales autoconstruidos y, difícilmente, lo encontramos en secundaria (Acosta & Rodríguez, 2019).
CONCLUSIÓN
La organización de los patios activos produjo un incremento de la práctica deportiva durante el recreo, persistiendo su efecto una vez la intervención había finalizado. Asimismo, este aumento actividad se produjo en ambos sexos, aunque las chicas todavía muestran una participación menos notoria que los chicos. Por ello, es necesario desarrollar estrategias para fomentar la AF femenina y aumentar su presencia.
De manera paralela, se extrae que la mayor parte del alumnado participante se divierte mucho durante los patios activos, creen que tiene beneficios para su salud y tienen alta motivación en participar. No obstante, el alumnado de 2º de bachillerato, aunque consideran que es una buena iniciativa para fomentar la práctica deportiva y, además, aportar múltiples beneficios, manifiestan que es una carga bastante elevada para ellos, ya que tienen selectividad a final de curso y se les acumula mucho trabajo .
Se sugiere la implementación de programas para el fomento de la práctica de AF a través de los patios activos. El centro debería encontrar una estrategia para que esta organización no dependiera solo del alumnado de 2º de bachillerato. Para optimizar el proyecto, se debería tener en cuenta los errores cometidos anteriormente y considerar las propuestas y motivaciones de los alumnos participantes.