Por: www.palco23.com
El deporte, como una medicina silenciosa. En una sociedad cada vez más sedentaria, en la que las enfermedades crónicas asociadas al estilo de vida, como la diabetes, la obesidad o hipertensión, conviven con una creciente crisis de salud mental, el deporte emerge como una herramienta de prevención y bienestar cada vez más poderosa. Ya no sólo se trata de ocio, competición o rendimiento, sino que el ejercicio físico es una pieza clave dentro de las políticas activas de salud pública.
Actualmente, a excepción de la zona subsahariana de África, donde la mayor parte de las muertes se atribuyen a infecciones, en el resto del planeta la principal causa de mortalidad son las enfermedades cardiovasculares, muy relacionadas con el estilo de vida. “Dependerá, en parte, de nuestra actitud poder evitar sus graves consecuencias”, comenta Montserrat Romaguera, médico y miembro del consejo asesor de la actividad física del departamento de salud de la Generalitat de Catalunya.
Por su parte, Félix Jordán de Urríes, director general de la Fundación Deporte Joven del Consejo Superior de Deportes (CSD), admite que “son muchas las administraciones que tienen entre sus competencias materia deportiva: desde los ayuntamientos, es decir, los municipios, hasta la administración general del estado”. Por lo que, corresponde a todos, fomentar una sociedad más sana, más saludable y, sobre todo, con más actividad física.
La principal causa de mortalidad son las enfermedades cardiovasculares, muy relacionadas con el estilo de vida
“Debe tenerse en cuenta la definición de deporte y actividad física”, comenta Romaguera. La principal diferencia radica en el propósito, la estructura y el contexto en que se realizan cada una de ellas. La actividad física, por un lado, se trata de “cualquier movimiento corporal producido por los músculos que requiere gesto de energía, como subir escaleras, limpiar la casa o pasear al perro”, explica la doctora. Por su parte, el deporte es “una forma de actividad física, pero organizada, competitiva y con unas reglas”, contrasta Romaguera.
Asimismo, existen varias barreras que dificultan a la población realizar ejercicio físico con regularidad. Estas son multifactoriales, es decir, personales, sociales, estructurales y culturales. Según el Eurobarómetro del Deporte y Actividad Física, un 41% de los europeos afirma que no hace ejercicio porque “no tiene tiempo”. En España, ese porcentaje se eleva al 48%.
Los que muchos no llegan a pensar es que se pude hacer ejercicio físico con las actividades cotidianas que se llegan a realizar en el día a día, como caminar al trabajo, subir escaleras hasta casa o hacer las tareas domésticas. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos 150 minutos semanales de actividad física en adultos.
El ejercicio físico en adultos llega hasta reducir en un 40% el riesgo de desarrollar diabetes mellitus, mientras que también reduce en un 35% el riesgo de contraer una enfermedad cardiovascular, como infartos o embolias y reduce el cáncer de colon o de mama en un 205, entre otras ventajas. Asimismo, la OMS señala que en personas con enfermedades cardiovasculares o diabetes tipo 2, el nivel de actividad es entre un 2’% y un 40% menor que en la población sana.
La falta de accesibilidad o infraestructuras en zonas rurales o barrios periféricos limita la práctica
Por otra parte, la falta de accesibilidad o infraestructuras en zonas rurales o barrios periféricos limita la práctica. Según un estudio de la Universidad de Stanford, las ciudades con mejores entornos caminables presentan niveles más altos de actividad física, con hasta un 27% más de pasos diarios que las menos accesibles.
“Los entornos urbanos son muy importantes a la hora de la planificación y de ejecución de actividad física para ofrecer a la población”, comenta Jordán de Urríes. “Los municipios y ayuntamientos son los servicios más próximos a los ciudadanos y, por lo tanto, en materia deportiva, son los que brindan las instalaciones, los que plantean los programas, las actividades y los que establecen acuerdos para abrir nuevos gimnasios”, añade el director general de Fundación Deporte Joven.
Para combatir estas barreras, el Consejo Superior de Deportes (CSD) lleva varios años fomentando la actividad física con varias campañas y estrategias. Actualmente está activa la Estrategia nacional de Fomento del Deporte contra el Sedentarismo y la Inactividad Física para el período 2025-2030, que persigue el objetivo de “que los niveles de inactividad física y los niveles de sedentarismo bajen, sobre todo, en la población infantil”, según cuenta Félix Jordán de Urríes a Palco23.
“Los entornos urbanos son muy importantes a la hora de la planificación y ejecución de actividad física para ofrecer a la población”
Para llevar a cabo dicha estrategia, el CSD se encuentra desarrollando un plan de incorporación del ejercicio físico como parte integral del currículo escolar, asignando tiempo específica para la actividad física y el deporte en el horario escolar.
“Los niños y niñas de hoy serán los adultos del mañana; si los niños y las niñas de hoy tienen menos horas de educación física y tienen menos actividad física deportiva en horario escolar, hay mucho más sedentarismo por los hábitos, por las pantallas, por las estructuras familiares actuales, en el futuro van a ser adultos apenas activos y eso puede generar mayores enfermedades”, concluye Jordán de Urríes.
En la agenda de 2030, tanto para el sector sanitario como para las instituciones encargadas de fomentar el ejercicio físico con iniciativas como las propuestas por Fundación Joven Deporte, se espera “un mayor gasto público y privado en la actividad física y una sociedad más sana, más saludable y, sobre todo, con más actividad física”.