- Inculcad a vuestros hijos una educación basada en el respeto a los principios éticos deportivos, les harán ser mejores personas y deportistas.
- No les exijáis más de lo que pueden dar, ni les comparéis. Con ello solo conseguiréis disminuir su autoestima y fomentar su ineptitud.
- Estimularles pero no les sobrevaloréis, se creerían perfectos e incapaces de perfeccionarse. Vuestros hijos también tienen limitaciones.
- El hecho de que sean vuestros hijos no equivale a que tengan la razón; hacérselo ver.
- Tratarles respetuosamente, es la manifestación de vuestro aprecio. No mercadeéis con sus cualidades.
- No proyectéis en ellos vuestras frustraciones ni aspiraciones insatisfechas.
- Vuestra labor en la competición puede ser animarles, pero no gritarles ni darles órdenes.
- Respetad el trabajo del entrenador y sus decisiones.
- Sed los primeros en respetar las decisiones arbítrales, para que vuestros hijos las respeten.
- Mostraros siempre correctos en vuestro porte y en vuestro vocabulario
Ten en cuenta también que:
– Los niños y niñas no juegan para entretenimiento del público, ni para quedar los primeros, sino para divertirse y FORMARSE como personas a través del deporte.
– Si demuestras respeto a todas las personas participantes en el evento deportivo, tu hijo-a hará lo mismo, especialmente al árbitro, recuerda que es un deportista como ellos y como tal y como persona merece ese respeto, que sus frustraciones no vayan desviadas a él.
– Enséñale a rechazar cualquier uso de la violencia o de comportamiento incorrecto. El deporte es para divertirse, no para crear malos hábitos. Al terminar el partido valora lo realmente importante, es decir, la mejora personal y colectiva, sin importar el marcador. No por ganar lo has hecho muy bien o por perder, mal.
– Y sobre todo, no olvides: TUS ACCIONES SON UN MODELO A IMITAR POR TUS HIJOS. DALES EJEMPLO.