Por: Well and go
La nieve y el frío no deberían limitar las salidas a la montaña para practicar senderismo. La variante que usa raquetas puede tener algunos beneficios complementarios para la salud que debemos tener en cuenta. Se trata de una práctica más desconocida en algunos lugares, pero con mucha historia en las áreas montañosas.
Mientras disfrutamos del silencio de la naturaleza y del aire puro, haremos un tipo de actividad física con evidentes ventajas saludables para cualquier persona, independientemente de su rango de edad.
Hablamos de una manera de practicar ejercicio sin darnos cuenta, simplemente realizando caminatas en rutas establecidas. Por el camino estaremos proporcionando bienestar a nuestro cuerpo, especialmente al sistema cardiovascular. El corazón y los pulmones se ven beneficiados de este cambio de tensión que puede permitirnos mayor protección ante la diabetes y los problemas cardiovasculares. El colesterol malo también se ve reducido mientras practicamos esta actividad sencilla y barata de realizar.
Pensemos, además, en el sistema respiratorio, que nos agradecerá una buena dosis de aire puro en las alturas, sin contaminación y que está enriquecido de oxígeno.
A quien le interesen el aspecto físico y el fitness debe tener en cuenta que en este deporte el tren inferior carga gran parte del peso y vence las resistencias del entorno natural. Las caminatas en llano y en plano inclinado ayudan a fortalecer y tonificar las piernas. Concretamente trabajamos los cuádriceps y los abdominales cuando estamos descendiendo de la montaña, así como los glúteos e isquiotibiales cuando estamos subiendo. Por este motivo se recomienda realizar calentamientos y estiramientos en estas áreas antes y después del ejercicio.
Para que esto ocurra, debemos tener claro cuáles son las posturas ideales y evitar caminar de manera incómoda, parándonos cuando lo necesitemos.
La densidad ósea también se incrementa practicando esta actividad de manera continuada o complementariamente a otros ejercicios. Este beneficio afecta especialmente a mujeres por encima de 40 años. Además, es una actividad que puede suplir a otros deportes si lo que nos interesa es perder peso, ya que en las sesiones podemos perder unas 400 calorías sin llegar a realizar esfuerzos sobrehumanos. De todos modos, es interesante adaptar las rutas a las posibilidades de cada cual y planificar descansos para beber y dejar reposar el cuerpo. Si no se está seguro, lo propio es consultar con veteranos o buscar un guía.
En el plano más psicológico y emocional, descubriremos una actividad divertida y estimulante que puede ayudarnos a vencer nuestros miedos y a atrevernos con más deportes de aventura. El trabajo en grupo facilita las relaciones y el espíritu de equipo, así como fomenta el compañerismo. Esto nos hace sentirnos bien con nosotros mismos y nos aporta optimismo, especialmente después de terminar una ruta. Podemos extrapolar estas conclusiones a otras áreas de nuestra vida y así liberarnos del estrés, la inseguridad y la depresión.
Viendo que nuestro cuerpo está más relajado después de hacer una ruta de senderismo con raquetas, es evidente que nuestra tensión y nuestro descanso se verán afectados positivamente. Los practicantes de esta disciplina aseguran que este tipo de ejercicio mejora la calidad del sueño.